de cuando no todo tiene que estar tan inventado


10· dios
octubre 25, 2009, 23:26
Filed under: Uncategorized | Etiquetas: , , , , , , , , , ,

Dicen que hace muchos años, en pleno programa en vivo, Gerardo Sofovich eligió una mujer de la tribuna para participar en uno de sus juegos. Al llegar hasta él la mujer lo saludó emocionada, lo felicitó por el programa y le hizo saber el motivo de tal emoción:

«-Mi hijo es como usted Gerardo…
 -Ah! Mire usted… (dijo el viejo pedante) ¿es animador de televisión?
 -No Gerardo, le falta una pierna. «

Todos tenemos una anecdota relativa a Maradona!

Todos tenemos una anecdota relativa a Maradona!

Mientras asimilan esta foto les dejo una leyenda…

¿Pasó de verdad? 

 

Música! Que empiece el show!

 

 

 

Hipótesis: Todos tenemos al menos una anecdota relativa a Maradona.
(Y si no la tenemos la inventamos!).

Año 1992. Sábado. Partido a beneficio en cancha de Ferro.
Después de habernos colado al acceso del vestuario local con mi mejor amigo y haberle tomado una foto a la mayoría de las figuras allí presentes (a varios dejé pasar procurando que siempre me quedaran fotos a la hora de conocer al 10) empezaba a suponer que Maradona no saldría por esa puerta.
Mi teoría se confirmó en el mismo instante en que logré la foto de «La Claudia».
Evidentemente era yo otra vez víctima de mi suculenta ausencia de suerte.
Claro estaba a esa altura de la tarde que Maradona no estaba esperando conocerme, ni iba  a hacer caso omiso de las medidas de seguridad relativas a su persona con tal de saludarme personalmente y ofrecerme el puesto de mano derecha de la máxima estrella del fútbol que yo ansiaba.
Muy lejos de eso, me iba yo sin siquiera  poder inmortalizar en una foto el que hasta ese momento podía ser el momento más emocionante de mi vida.
Resignado, decidí retirarme así, con el rollo lleno de fotos intrascendentes, cabizbajo y sin conocer al ídolo.
Salí por Avellaneda y empecé a caminar reprochandome el haber sido tan ingenuo y pensar que el mismísimo Diego Armando Maradona iba a salir por la misma puerta que  por ejemplo, Dario Grandineti mucho antes de trabajar con Almodovar.
Crucé Cucha Cucha y seguí pasos amargos hasta la esquina de Martín de Gainza.
De repente, unos gritos hicieron que levante la mirada del suelo. Cuando ví lo que vi abrí los ojos mas grandes que nunca. El milagro estaba por ocurrir. El momento más importante de mi vida era inminente.
Ahí venía. M A R A D O N A. El mismo. El astro. Dios. Cabalgando su 4×4 a todo motor, huyendo de los pocos avispados que lo esperaron en otra puerta con ilusiones vaya uno a saber si similares a las mías.

La secuencia duró 7 segundos.
1´´: Logro comprender que ahí viene. Mi corazón también se da cuenta y empieza a bombear cantidades apocalípticas de sangre. Todavía no soy del todo consciente de lo que está por pasar, pero reacciono correctamente.

2´´: Está en esa camioneta. Es el unico por el que esa gente correría así. Inclino mi cuerpo logrando que la mochila me quede a mano. Algo dentro mío me hace pensar que no tengo tanta mala suerte como creía. Y algo dentro mío me hace creer que si finalmente se me da ésta, ya todo va a ser distinto en mi vida.

3´´: Logro abrir la mochila y de un solo manotazo alcanzo la cámara de fotos. La camioneta está a menos de 10 metros. Ese va a ser mi encuentro con Dios. Y va a suceder antes que el de Victor Sueyro.

4´´: Desenfundo la cámara. La pongo en posición y empiezo a gatillar.

5´´: Cada foto que saco doy un paso hacia adelante. No hay forma de que no se produzca el encuentro. Sigo sacando fotos.

6´´: Ahí está. En frente de mi. Tiene el vidrio abajo. Es Maradona. «Que esta foto salga bien, que esta foto salga bien, que esta foto salga bien». Me estoy cruzando con Maradona, no lo puedo creer. Es el momento más mágico, más intenso, mas hermoso de mi vida. BOCINAZO!! El Diego volantea y evita llevarme puesto.

7´´: Estoy extasiado. No entiendo nada. Solo quiero revelar las fotos, ver cómo salió la foto de la gloria y contarle a todo el mundo que conocí a Maradona. Mejor dicho, que Maradona casi me atropella….
«…¿casi me atropella?… ¿casi me atropella?! …»

Ahi entendí que el milagro no ocurrió del todo. Mi suerte no había cambiado. Mi encuentro con Diego Armando Maradona solo me dejaba una foto borrosa y una anecdota de lo que podía haber sucedido y no sucedió.
Humildemente puedo decir que NO tengo anecdota con Maradona.

Hipótesis 2: A todos  alguna vez nos ha llegado una jugosísima historia relativa a Maradona (siempre de boca de un conocido que tiene un conocido que tiene un conocido que resulta ser muy buena fuente!)

De eso si tengo! Pero me niego rotundamente a creer que como tantas mujeres en el mundo, él tambien gusta de Leonardo Di Caprio.

[CONCURSO: YO TENGO UNA ANECDOTA RELATIVA A MARADONA ]